“A partir de la admiración incondicional que sentía por Josep Maria de Sagarra, Josep M. Planes creó un estilo propio, muy contundente, que le permitía arremeter contra el alcalde Pich i Pon por una patética cabalgata de conmemoración de la República o ironizar sobre las exiguas mesas de la Horchatería Valenciana.”
(“La Vanguardia”, 14-6-2001)
¡Qué bien escribe Planes! La calle del Cid, bajo la luz roja del cartel luminoso que anuncia un cabaret, las sombras coloreadas de las prostitutas y los invertidos y, en el interior, los clientes “embolicats amb el cotó fluix de la boira del tabac ros.”
(“La Vanguardia”, 14-6-2001)